¿Sabías que el 5 de mayo nos enseña más que historia?
En 1862, en la Batalla de Puebla, el ejército mexicano, con muchos menos soldados y recursos, logró una victoria histórica frente al ejército francés, considerado uno de los más poderosos del mundo en ese momento.
Cada año, el 5 de mayo es conmemorado en México como el día de la Batalla de Puebla, un episodio histórico que marcó la fuerza, el coraje y el patriotismo del pueblo mexicano. Aunque algunas personas creen que este día celebra la Independencia de México, la realidad es diferente… y fascinante.
¿Qué ocurrió en la Batalla de Puebla?
El 5 de mayo de 1862, las tropas del ejército mexicano se enfrentaron al ejército francés en las cercanías de la ciudad de Puebla. En aquel momento, México atravesaba una difícil situación económica, por lo que el presidente Benito Juárez había suspendido temporalmente el pago de deudas extranjeras.
Francia, entonces bajo el mandato de Napoleón III, vio una oportunidad de intervenir militarmente para establecer un imperio en México, aprovechando la debilidad política del país.
Con esa intención, las tropas francesas —reconocidas como una de las fuerzas militares más poderosas del mundo— marcharon hacia el interior del país. Sin embargo, en Puebla, fueron detenidas por un grupo mucho más reducido de soldados mexicanos, bajo el mando del general Ignacio Zaragoza.
Con ingenio, estrategia y profundo amor por su patria, el ejército mexicano logró una victoria inesperada. Aunque fue una sola batalla, tuvo un impacto simbólico enorme: le demostró al mundo que México sabía defender su soberanía.

¿Por qué es importante recordar el 5 de mayo?
El 5 de mayo no marcó el fin de la guerra, ni la retirada definitiva de los franceses. Pero sí elevó el espíritu nacional, fortaleció la unión del pueblo mexicano y envió un mensaje de dignidad y valentía al resto del mundo.
Para los niños, jóvenes y adultos que forman parte de la comunidad educativa, esta fecha es una oportunidad para reflexionar sobre:
La importancia de la unidad en momentos difíciles.
El valor de defender lo justo, aunque parezca imposible.
El orgullo por nuestra historia y nuestras raíces como nación.
En escuelas con enfoque en la formación integral y los valores —como las que existen en León, Guanajuato— el 5 de mayo se convierte en mucho más que una fecha cívica: se transforma en una herramienta educativa que impulsa el pensamiento crítico, el respeto y la empatía.
Educar desde la historia: sembrar identidad y conciencia
Conocer nuestra historia no es solo recordar nombres o fechas. Es entender de dónde venimos, por qué defendemos ciertos principios, y cómo las decisiones del pasado moldean el presente.
Al hablar con nuestras y nuestros estudiantes sobre eventos como el 5 de mayo, sembramos en ellos valores como la responsabilidad, la solidaridad, el compromiso y la paz.

Hoy, más que nunca, el 5 de mayo debe vivirse como una lección de identidad y fortaleza. Porque un pueblo que conoce su historia es un pueblo que sabe defender su futuro.